miércoles, 7 de octubre de 2009

PRÓLOGO.

No me gustan las bienvenidas. Las considero pasadas de moda en un mundo tan maleducado como el que habitamos. De ahí mi decisión de llamar a esta entrada "Prólogo". El término "prólogo" me parece, además de ser muchísimo -donde va a parar- erudito que el vugar término "bienvenida", me parece -se lo puede tomar a mal, si así gusta- mucho más acorde con mi estilo.
El blog que aquí, y de esta manera, presento, lector -sí está usted ahí-, de esta manera, que es la mía, un tanto maleducada no es ni mucho menos -qué lejos acaba esta intención- la de faltarle al respeto. Pretendo hacer de esta bitácora un gabinete, mi gabinete, exclusiva de gente selecta, misántropa, aristócrata, en cierto modo reñida con la sociedad actual que campa por nuestra aciaga realidad. 
Aquí, si es menester, y que sin duda lo será, se podrá debatir acerca de política, de filosofía, de historia, de literatura, y de todas aquellas ramas forman esa especie rara y apasionante que denominamos Sabiduría.
Finalmente, me despido de usted con la precaria ilusión de que no me considere un pedante trasnochado y misántropo, sino como un cascarrabias que ha fundado esta bitácora como uno de los últimos reductos de la decencia intelectual. 
Ha sido un placer.

Mr. Grouch